Durante más de 30 años me he dedicado a asesorar a empresas de distintos sectores y volumen de negocios en materias mercantil, societaria y tributaria entre otras, y hace 7 años decidí ampliar mis áreas de conocimiento y práctica profesional al cumplimiento normativo, más conocido como Compliance.
Hoy en día las grandes empresas españolas no necesitan que nadie les explique qué es Compliance; todas cuentan con sistemas de gestión y procedimientos corporativos enfocados a fomentar el cumplimiento de las normas y la aplicación de aquellos principios y valores de los que cada una de ellas se haya dotado de forma voluntaria.
Sin embargo, las Pymes, que constituyen la inmensa mayoría del tejido productivo de nuestro país, aún desconocen los beneficios que les puede reportar la implantación de un Sistema de Gestión de Compliance.
La gran mayoría de directivos y dueños de una Pyme asimilan el Compliance a un “quitamultas” cuando, en realidad, es la consecuencia de haber instaurado un determinado modelo de gestión y organización que incorpora la cultura de la ética y del cumplimiento normativo en toda su estructura orgánica, mejora los procedimientos y procesos de la empresa, ayuda a detectar ineficiencias y duplicidades, establece controles que aportan seguridad a la actividad desarrollada y mejora la comunicación interna.
Implantar en la empresa una cultura orientada al cumplimiento de principios y valores éticos no es una tarea sencilla; requiere contar con la implicación de las personas que dirigen la organización y también de todos y cada uno de los que forman parte de la empresa.
Y una de mis mayores satisfacciones profesionales de estos últimos años está siendo colaborar con los directivos de las Pymes en la implantación de sistemas de gestión de Compliance adaptados a sus organizaciones, consiguiendo involucrar a todos para lograrlo y demostrarles que la cultura de la ética es rentable para todas las empresas, no solo para las cotizadas.
¿Por qué? Porque evita la asunción excesiva de riesgos, mejora los procesos, permite desarrollar una actividad corporativa responsable, sostenible y estable, incrementa el bienestar de los trabajadores, la confianza de inversores, proveedores, clientes, y aporta valor reputacional y de marca.
Sobre todo esto, y por supuesto de otros temas que surgirán, tengo intención de escribir aquí con el sano propósito de compartir con los lectores del blog reflexiones y experiencias con las que puedan comprobar que Compliance es para todos y está al alcance de todos.